
Debido a la contingencia nacional el uso de cubrebocas es obligatorio y la escasez de este producto se ha hecho relucir en todo el país. Emprendedores han visto un pequeño nicho viendo la creciente necesidad del uso de cubrebocas.
De igual manera, el paro nacional de labores no indispensables ha sesado la economía y el turismo. Este es un sector que ha resultado seriamente afectado es el de los artesanos. Ellos viven de los visitantes y viajeros y la cuarentena les ha exigido innovar.

Cubrebocas bordados
Pedro Martín, dueño del Taller Mazatzin en Cuetzalan, Puebla, es un claro ejemplo que la creatividad y las ganas de seguir van de la mano. La pandemia alejó a todo el turismo de la zona y en medio de la contingencia que ha alejado a todo el turismo de la zona, incontables de artesanos que vivían de la venta de su arte se quedaron sin ingresos que llevar a sus hogares. Ante esto, no quedó más que ver una nueva oportunidad de negocio.
Él identificó una demanda que no se ha podido satisfacer los cubrebocas, así fue que le dió un giro a su taller, y empezó a fabricarlos con lindos diseños mexicanos. En un reportaje de E-Consulta, Martín platicó que su taller era visitado por más de 100 personas y que ahí fabricaban desde rebozos, bufandas y blusas tradicionales, hasta vestidos de novia.

Empezamos a trabajar el cubrebocas como una propuesta para esta contingencia. No tenemos turismo y nada de entrada y la verdad, económicamente estamos mal; las despensas no nos llegan por cuestiones políticas”, platicó Martín.
El artesano también informó que con él trabajan aproximadamente 30 personas en total de Cuetzalan y comunidades cercanas. Pedro platicó que los cubrebocas son bordados a mano y hechos pieza por pieza. A cada cubreboca se le coloca un filtro dentro del bordado para que cumplan con las normas de protección e higiene necesarias para la seguridad del consumidor.
