
El pasado lunes el Metro de la CDMX sufrió uno de sus accidentes más catastróficos de la historia.
La línea 12 colapsó con pasajeros abordo, al menos dos fenómenos afectaban al tramo elevado la noche del lunes tres de mayo en la alcaldía Tláhuac, de la Ciudad de México.
El accidente ocasionó la muerte de 23 personas, al menos 79 heridos y 34 fueron trasladados a hospitales, de acuerdo con Claudia Sheinbaum.
Desde su construcción, este tramo fue el origen del llamado “desgaste ondulatorio” que obligó al cierre de 12 estaciones de la Línea 12 por daños en el sistema de vías, el 11 de marzo de 2014.
Tres años después, el 19 de septiembre de 2017, el sismo de magnitud 7.1 obligó a un nuevo cierre en el tramo elevado de la Línea Dorada, ahora por daños estructurales en el tramo elevado.
Los problemas
El mal diseño de las curvas
Originalmente, se pensaba que el diseño de las curvas en la Línea 12 del Metro únicamente ocasionaba que bajara su velocidad. Sin embargo, la Comisión encontró problemas más graves que pisarle tantito al freno.
“En la curva, la diferencia de rieles interior y exterior comienza a ser significativa, causando que las ruedas mancomunadas no compensen la diferencia de velocidad requerida provocando que las ruedas exteriores se deslicen sobre el riel exterior, generando así fuertes vibraciones y desgastes mayores en los rieles”,
señalan en su reporte.
Los componentes casi no cumplían con los límites internacionales
La misma Comisión encargada por la Cámara de Diputados señaló que los materiales y los componentes de la Línea 12, de milagro cumplían con los estándares internacionales.
“Los diferentes componentes de la vía tomados individualmente, están conformes a las normas internacionales”, se lee en el estudio. Hasta ahí suena bien, ¿no? El problema viene más adelante.
Eligieron mal los materiales
En el documento también señalan la mala calidad de los materiales, para seguirle a las irregularidades.
En la página 26 (recuerden que acá pueden seguir el documento con nosotros) señalan que “la deficiente compatibilidad” entre los materiales provoca el deterioro de la vía. Sin embargo, lo más alarmante se encuentra más abajo, pues los especialistas admiten que no soportan la energía del transporte colectivo.
“El estado de las infraestructuras es alarmante”
Aunque la frase lo dice todo, en ese apartado, la Comisión para revisar la Línea 12 del Metro ponía el enfoque en la infraestructura civil.
A pesar de que señalaban que no presentaba riesgos por el paso de los trenes, sí desataba la preocupación el estado en el que se encontraba… y más aún que se estaba, según esto, estrenando.